Año 1960 a 1968
Mi admiración por Santiago es grande y siempre me han preocupado sus problemas, especialmente la amenaza de un crecimiento urbano mal dirigido. Siempre luché, en la medida de mi modesta influencia, y hoy veo que inútilmente para evitar la destrucción del paisaje y bloquear el crecimiento de la ciudad por el norte y el oeste, salvando las huertas prados y arboledas que forman el basamento multicolor y verde de la gran fachada monumental y su prolongación por el valle. Las presiones eran grandes y el Plan General no ayudaba. Como mal menor se estudió un Plan Parcial de todo el área, del que se muestra una foto de la maqueta La intención era ocupar los puntos más delicados y asegurar en ellos una edificación mínima y la defensa del paisaje. Se conservaban enclaves de magnifico arbolado, como la finca del Doctor Lois, la Huerta de San Francisco, etc. Sin embargo, en toda actuación urbanística el tratamiento del paisaje es un problema de sensibilidad y amor que suele escapar de nuestras manos, ya que son otros los que urbanizan, y las intenciones, a veces muy meditadas, respecto a la conservación de cauces naturales, masas de arbolado, tratamiento de taludes y rocas, etcétera, se desvanecen en la ejecución de las obras. Pasados los años, hoy podemos decir que tantas buenas intenciones quedaron en nada y la maqueta es una muda denuncia del fraude. Los enclaves verdes van desapareciendo y el paisaje es devorado por la especulación. Las fincas privadas de huertas y frondosas arboledas que se excluyeron de la expropiación, y se califican como Zonas Verdes en el Plan Parcial, están siendo edificadas. No sé a quién corresponde la responsabilidad de esta burla, pero el resultado es triste y desalentador. Dentro del planeamiento general de Vite, recibí más tarde, en 1960, el encargo de la Obra Sindical de redactar el proyecto de 284 viviendas a ambos lados de la carretera de La Coruña, formando dos pequeños núcleos. Eran también viviendas sociales sometidas a una normativa estricta y a un presupuesto siempre por debajo de las necesidades mínimas. En este caso conseguí un suplemento de un 10% para mejorar las fachadas por tratarse de viviendas muy visibles en el acceso a una ciudad de gran valor monumental. Tal como puede verse en las fotos de la maqueta, traté de lograr dos pequeñas agrupaciones de bloques dispuestos flexiblemente alrededor de sendos espacios urbanos, aislados y disueltos en el paisaje, como es tradición en el urbanismo de la España verde, cuidando mucho en el proyecto la ambientación paisajista. Era la ocasión, tanto tiempo esperada, de utilizar la galería gallega, tan funcional y bella. Estas galerías, sobrepuestas a la fachada, se orientan siempre a mediodía y saliente, el sur oeste está azotado por la lluvia y el viento, y son siempre zonas de estar deliciosas en los días soleados de invierno; algunas son verdaderos jardines interiores. El efecto de invernadero crea un colchón protector y abriga las viviendas. Las galerías tradicionales son de madera de castaño y se pintan a veces de los más vivos colores: verde, azul, tabaco, aunque domina el blanco. Por razones de presupuesto utilicé bastidores de hormigón vibrado, diseñados expresamente, con practicables metálicos, quedaron bien, pero no tienen la belleza y gracia de las antiguas galerías, donde el relieve es mayor; también me di cuenta después de lo bien que hace a las viejas galerías la subdivisión del vidrio y la abundancia de madera que como un.encaje se destaca sobre el fondo oscuro. Una aplicación interesante en estas viviendas es el tendedero cubierto y acristalado, con un aspirador estático en la parte superiorpara facilitar a circulación del aire. En clima húmedo son de grautiidad. La obra se llevó con lentitud y dificultades económicas. El paisajismo se hizo con desgana y resistencia pasiva hasta la desesperación; al final nunca se alcanza, ni de lejos, lo que uno había soñado Desalentado, renuncié a un encargo posterior más importante, convencido de que estas obras requieren una presencia casi constante de arquitecto para vencer la resistencia y marrullerías de la contrata, que trata desesperadamente de sacar adelante obras de presupuestos muy exiguos, generalmente contratadas con bajas suicidas.
Julio Cano Lasso